de tu cara esta tatuada en mis parpados

como esas dactilares que decoran

las cucharas de oro que me enseñaste.

 

El brillo del sol me captiva y emborracha

pero aun no dejo de mirarlas.

 

Me muevo con mi reflejo distorsionado

y machucado entre ojos viejos—

esos que estudian las lineas de mi cara

mientras me oculto en tu aliento de avena

cremoso como la espuma

que hace tres decadas lleno

la taza de porcelana enseguida

de nuestra existencia.

 

Cuando caiga en tus manos

como paginas viejas y amarillosas

                                     me recordaras?

              Me dejaras existir en la memoria

de los objetos de nuestro pasado?

 

O me dejaras desaparecer

entre platos desechados

sobre el pavimento quebrado

 

para ser olvidada, para ser vendida

para que otras manos cubran las huellas

de mi vida.